Una de las bendiciones más grandes de ser mujer quizás sea la maravillosa sincronía que sucede al caminar en armonía con los ciclos de la naturaleza.
Muchas veces puede que olvidemos la onda conexión que existe entre la tierra, el agua, la luna y nosotras, sin embargo, es cosa de ir recordando (volviendo a pasar por el corazón) para poder entrar en la danza que a todas nos integra.
Ciclo a ciclo la luna nos va mostrando el camino, hay un tiempo para menguar, soltar lo que ya no nos sirve: otro tiempo para entrarentrar voluntariamente en nuestra oscuridad, sumergirnos en lo profundo y hacer la luz; luego viene el momento de integrar y crecer, tiempo de intencionar con fuerza; y luego un tiempo para entrar en comunión.
Cada fase lunar trae su mensaje y su potencial a desarrollar, la sabiduría está en alinearnos con ella y dejar que su flujo nos cambie. Entonces la memoria se abre, y la vida se vuelve maravillosamente simple, en el aquí y el ahora, dando cabida a que la conexión nos guíe en lugar de gastar energía forzando los procesos.
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