La primera toma de conciencia pasa inevitablemente por el cuerpo; oler, degustar, ver, sentir, escuchar, son formas de conocer y conocernos, de ahí la importancia de aprender a escuchar los mensajes que nos entrega cada parte y el todo. Es fácil chequear, es cosa de plantearse algunas preguntas.
¿Dónde me duele?, ¿ Cuándo me duele?
¿Cómo está mi piel? ¿Qué dice mi pelo?
¿Cómo va la digestión? ¿Qué estoy reteniendo?
¿Tengo molestias menstruales? ¿Soy irregular? ¿Cómo me siento de ser mujer?
¿Tengo problemas para dormir? ¿Aprieto los dientes? ¿Contra quién es la rabia que guardo?
¿Me duele la guata? ¿Me como las uñas?
Soy alérgica, soy asmática, se me cierra la garganta.
¿Cómo es mi relación con la comida?
Siento una opresión en el pecho cada vez que ...
Me duele la espalda como si llevara un enorme peso a cuestas.
El cuerpo habla fuerte y claro y sin importar cuanto nos esforcemos en ignorar lo que nos dice siempre se las ingenia para hacerse oír.
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