Caminando la medicina de los círculos de mujeres, las invito a compartir cada mes la ceremonia de luna menguante, con el propósito de catarsear todas juntas, revisar lo que está haciendo ruido adentro, liberar la emoción contenida y recuperar la fluidez.
Durante su fase menguante la lunita nos apoya en el trabajo de depuración y limpieza, su energía actúa a nivel emocional y permite reconocer y drenar esa emocionalidad densa que ha quedado sin expresión. Es muy gráfico ver cómo dentro del ciclo de a poquito vamos entrando en nuestra sombra, a medida que la lunita se oscurece.
Ceremoniar tiene como propósito otorgar un contexto a la sanación, nos sentimos protegidas gracias a la contención del círculo y el fueguito nos ayuda a transmutar todo aquello que no sirve más, a la vez que ilumina el propósito de lo que sí nos sirve trabajar.
Al despejar el espacio interior de la energía estancada, liberamos nuestro potencial creativo, recordamos ser como el agua, que fluye, que limpia, que sana, que nutre. De este manera el cuerpo también descansa de su labor de apoyo cotidiano, porque al final todas nuestras "omisiones", todo aquello de lo que no nos hacemos cargo, se manifiesta a nivel corporal, ya sea como tensión, síntoma o enfermedad.
La sugerencia es no seguir acumulando toxina emocional, atrevernos a sentir la emoción, aceptarla e integrarla de manera consciente,y ojo que no sirve sólo la revisión superficial, toca además chequear si lo que nos pasa resuena más hondo, cuáles son las raíces, así nos vamos liberando de los condicionamientos mentales que nos llevan a guardarnos las cosas, a reprimirlas o menospreciarlas, y así conseguir que la expresión emocional sea natural, fluida.
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