Por qué no vivir sólo un día a la vez, sólo por hoy darme permiso para ser feliz, para disfrutar, para ser yo misma.
Reencantarme con la vida o, mejor, hacer que la vida se reencante conmigo, porque la vida pulsa alegría todo el rato, es cosa de reconectarse y dejar que nos lleve en su flujo.
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